Revista invi Nº 48, Diciembre 2003, Volumen 18 : 91 a 103

ENTRE EL DISCURSO Y LA PRÁCTICA. METODOLOGÍA DE ANÁLISIS DE LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO DE LAS INTERVENCIONES HABITACIONALES Y URBANAS EN CHILE (1)

Paola Jirón M.

Es posible constatar que a nivel internacional, particularmente en las agencias internacionales y en ámbitos académicos, la perspectiva de género es un enfoque que pocos desconocen y muchos consideran relevante. El avance que ha tenido el tema en las discusiones en variados ámbitos de políticas públicas, proyectos y programas a nivel mundial es considerable. En Chile, en los últimos diez años, la temática de género ha ido cobrando relevancia cada vez más y menor desconocimiento. Sin embargo, esto no significa que sea un tema aceptado y muchos menos incorporado a la práctica cotidiana de las intervenciones relacionadas con el territorio y los asentamientos humanos ya que se perciben profundas confusiones respecto a su significado, origen y enfoque al cual se adhiere, posibles beneficios y formas de aplicación. El trabajo se basa en los resultados de una investigación sobre la Institucionalización del género en los Asentamientos
Humanos en Chile y se centra en tres principales dimensiones: el conocimiento del tema, sobre la operacionalización del mismo y finalmente, sobre las condicionantes para su institucionalización.

Palabras claves: Género, institucionalización, asentamientos humanos en Chile.

It is possible to agree that at an international level, particularly in international agencies and academia, few are unaware of what gender is and its relevance as an approach. Its incorporation in discussions related to public policy, programmes and projects has been considerable. In Chile, over the past ten years, this approach has increasingly been gaining relevance and becoming better known. However, this does not mean that the subject matter is accepted and even less incorporated into every day practice in territorial or human settlements interventions as that there are still confusions regarding its meaning, origin and framework, possible benefits and forms of application. This paper is based on the methodology applied in a research on the institutionalization of gender in human settlement in Chile and it concentrates on three main dimensions: the existing knowledge on the subject, its operationlisation and finally on the conditions for its institutionalisation.

Keywords: Gender, institutionalization, human settlement in Chile

1) Una versión preliminar en inglés de este trabajo fue presentada en el Expert Group Meeting on Gender and Women's Issues in Human Settlements organizado por el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (UN-Habitat) en Nairobi, Kenya entre el 18 y el 20 de febrero del 2003

INTRODUCCIÓN

Durante los últimos años, la importancia de la perspectiva de género ha sido crecientemente evidenciada en el discurso público, de a poco sus implicancias han sido desmistificadas y, en algunos casos, este enfoque ha logrado ser incluido en las intervenciones habituales en países en desarrollo. Particularmente desde las segunda parte de los años 90s, el género se ha vuelto un ítem casi inevitable en las agendas de desarrollo que intentan incorporarlo en las políticas, programas y proyectos, en especial en aquellos vinculados a agencias internacionales y ONGs.
El ámbito de los asentamientos humanos no ha sido la excepción. Pese a ser más difícil de visualizar que en áreas como salud, educación o justicia, la relevancia de la mirada de género en los diferentes aspectos de las intervenciones urbanas y habitacionales ha sido reconocida exiguamente a lo largo de los años. Evidencia de esto son la Agenda de Hábitat, la Estrategia Urbana del Banco Mundial, los Objetivos del Milenio, y los planes nacionales de acción en asentamientos humanos. Algunos hasta añadirían que en la actualidad, cualquier discusión relevante sobre los temas de ciudades y asentamientos humanos, incluyendo el diseño urbano o habitacional, la participación, el medio ambiente, el transporte o la gestión, entre otros, serían inconcebibles sin considerar la perspectiva de género. Sin embargo, cuando se pregunta sobre cómo se operacionaliza este concepto, los procedimientos generalmente se perciben como difusos, la noción se diluye y la mayoría de las veces, las prácticas previas no se modifican y por ende no se incorpora el enfoque.
Algunas razones que explican esto son, por un lado, el hecho que aquellas personas que trabajan específicamente con la perspectiva de género aún se ubican en la periferia de las discusiones e instituciones de la corriente dominante. Por otro lado, aquellos que trabajan en temas de género dentro de instituciones de tendencia dominante, también trabajan desde el margen cuando tratan temas de género y son excluidos de otras áreas cuando realizan sugerencias sobre género. Para estos expertos, las implicancias de género son evidentes, sin embargo, esta obviedad no ha sido transmitida efectiva, eficiente o estratégicamente a los demás. Adicionalmente, algunos, y cada vez menos, de estos no-expertos en género aun se rehúsan a ver las razones por qué sus prácticas actuales requerirían ser vistas a través de los anteojos de género, otros que están convencidos de la necesidad de incorporar el género, no saben cómo hacerlo. Esto significa que, aún en la actualidad, pocos esfuerzos se han realizado para incluir efectivamente incluir el género en la gestión urbano y habitacional.
Este trabajo presenta los resultados preliminares de una investigación (2) realizada en Santiago de Chile por medio de entrevistas a diversos actores pertenecientes a diferentes instituciones que trabajan en género, desarrollo y gestión urbano-habitacional. Se exploran las formas en que los miembros de estas instituciones comprenden y operacionalizan el género en el proceso habitacional chileno. En particular,el documento explica cómo el discurso de utilizar la perspectiva de género aún no se traduce en la práctica, las razones porque esto sucede y las etapas donde alguna indicación de incorporación se ha hecho más evidente o algún tipo de trabajo ha sido iniciado.

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO Y LA "MALLA DE INSTITUCIONALIZACIÓN"

En el ámbito intemacional, el tema de género ha entrado en vigencia particularmente en términos de las agendas,declaraciones internacionales y polfticas sociales. En Chile, el Plan de Igualdad de Oportunidades del Servicio Nacional de la Mujer es la primera aproximación hacia la concreción de acciones en esta dirección (Jirón, 1996).
En las ciencias sociales,el concepto de genera se refiere a Ia construccion socialdelsexo (Heilborn,1995). Las relaciones de genera se definen como aquellas relaciones socialmente construidas entre mujeres y hombres (Levy,1995) incluyendo una construccion cultural y polftica (Lagrade,1993),lo que las hace relaciones modificables (Levy,1992). Las relaciones de genera derivan de Ia divisi6n sexual deltrabajo y son "relaciones de poder con acceso diferenciado a recursos y toma de decisiones" (Beall,1992:4).
La construcción de género atraviesa todas las relaciones sociales como clase, etnia,edad, religión, educación, entre otros (Levy,1992) y además, todo tipo y/o esferas de actividad productiva, distributiva, organizacional, política, técnicas y de investigación (Beall,1992;Levy,1991). También atraviesa todas las estructuras institucionales, procedimlentos y prácticas organizacionales, de todos los sectores sociales como: salud, empleo, educación, transporte, medio-ambiente, vivienda, entre otros (Levy,1992).
La perspectiva de género implica que los temas de mujeres no pueden ser abordados únicamente por la vía sectorial. Por el contrario, deben verse en el contexto de las relaclones de poder entre mujeres y hombres (Weiringa,1994). Esta lógica se basa en que mujeres y hombres tienen necesidades distintas ya que juegan diferentes roles (3), y tienen un acceso y control diferenciado sobre los recursos y la toma de decisiones en la sociedad.
Utilizando la síntesis de Moser (1994), se puede examinar la evolución de la perspectiva de género por medio del análisis de los procesos de desarrollo macro-económicos y urbanos de los últimos 50 años. Durante el período de Modernizacion y Crecimiento de las Ciudades (1950-60), se encuentra una "ceguera de género" que no permite otorgarle importancia al rol que desempeñan las mujeres en el desarrollo. En el siguiente periodo, de Redistribución con Crecimiento de las Ciudades Necesidades Basicas (1970-principios de los '80), se comprueba que las mujeres son importantes en este proceso y se trata de hacerlas visibles. Gran parte del trabajo durante este período se encuentra dentro del marco de Mujeres en Desarrollo (MED), que intenta sumar a las mujeres dentro de la planificación. En el período de Gestión de las Ciudades (mediados de los '80) hubo un cambio
desde "mujeres" hacia "género". Este período se caracteriza por la preocupación de identificar la manera en que Ia vida urbana se encuentra determinada por el género y la forma en que la construccion socialde las relaciones de género limita de manera diferenciada a los hombres y mujeres a acceder y participar en las distintas areas de la vida urbana
Durante este período se utiliza el enfoque de Género en Desarrollo (GED) que se preocupa por la diferencia entre las mujeres así como entre hombres y mujeres (Moser,1994). El enfoque de Género en Desarrollo (GED) 4 reconoce los multiples roles de mujeres y hombres en todas las esferas de la vida. Asimismo, evidencia el hecho de que dichos roles y la división sexual del trabajo afecta las experiencias cotidianas de las personas (DPU,1997). Pese a que el enfoque GED toma conceptos de los enfoques previamente aplicados, este sostiene que aquellas personas que planifican y formulan políticas no pueden continuar mirando solamente a las mujeres. Esto es algo que ya en 1972 se mencionará como que ningún estudio de mujeres y de desarrollo puede comenzar desde el punto de vista que el problema son las mujeres, sino que mujeres y hombres y, más específicamente, las relaciones entre ellos (Ostergaard,1992). Durante la etapa de Respuesta a Ciudades en Crisis (fines de los 80-1990) existe una mayor preocupacion por las recomendaciones de género a las politicas sociales. Sin embargo,debido a las dificultades politicas y la sensibilidad cultural para mirar las desigualdades de genero (necesidades estratégicas de género), la mayoría de las investigaciones vuelven a utilizar el enfoque MED, al ser este más "cómodo" para mirar las necesidades prácticas de género (Moser,1994). Se considera que en la actualidad, la incorporacion de la perspectiva de género en cualquier institución depende de las personas que definan, traduzcan y apliquen las políticas, programas y proyectos, y cuan sensibles sean frente al tema.
El marco conceptual utilizado en este estudio se basa en la Planificación de Género desarrollada por el DPU5.
Su aplicación se basa en cinco componentes básicos: diagnóstico, consulta, desarrollo institucional, monitoreo y evaluación. En este proceso, el diagnóstico de género se realiza por medio de la comprensión de cómo se comportan los diversos actores que intervienen, participan o son afectados en términos de género por diversas intervenciones por medio del análisis de la "Malla de Institucionalización" (Levy,1996).
La Malla consiste en trece elementos que se pueden agrupar en cuatro esferas de desarrollo: política, de ciudadanía, organizacional e implementación. Esta herramienta fue desarrollada como respuesta a Ia constatacion que Ia capacitaci6n y comprension del genero eran insuficientes para institucionalizar el enfoque ya que a menudo este conocimiento nose traducia en Ia practica y las razones tenian que ver con las organizaciones que llevaban a cabo estos cambios. En este contexto,institucionalizar algo es darle el carácter de cosa establecida o fundada. La institucionalización del género se refiere específicamente a la incorporación sistemática y regular de la dimensión de género en todas las prácticas y actividades de una organización (DPU­ Cobijo,1999).
Según Levy, (1995), el concepto de institucionalización contiene dos áreas importantes, una referida al espacio de maniobra que las personas
y sus organizaciones tienen para introducir cambios, y otra referida a una noción de cambio sostenido en el tiempo. Estos conceptos ayudan a reconocer que existen resistencias tanto a nivel individual como organizacional hacia el cambio de sus prácticas habituales, ya que éstas responden, inevitablemente a intereses e historias determinadas que pueden entrar en conflicto con la introducción de prácticas nuevas, que reflejan otros intereses y relaciones de poder. Tal como indica Naciones Unidas, existe una necesidad de especificar los principios de la institucionalización de temas de género en relación al sector público y la sociedad civil, y del mismo modo identificar su interrelación y relación con las comunidades. Esto facilitaría la institucionalización efectiva y comprensiva del género en la sociedad (SCP. 1999).
Para esta investigación, este marco pareció adecuado para diagnosticar la situación actual en Chile en términos de los asentamientos humanos y para comprender cómo el género está institucionalizándose. La metodología se tradujo en la selección de los diversos actores pertenecientes a la Malla, que fueron entrevistados individual mente y en algunos casos de manera colectiva. Los temas indagados incluyeron la postura institucional frente al tema, el conocimiento y formación, la operacionalización, la relación con asentamientos humanos y los facilitadotes y obstaculizadores. Los entrevistados fueron diferenciados entre aquellas personas con cierto grado de experticia en el tema de género o temas de mujeres ("expertos") y aquellos que trabajan directamente en el área de los asentamientos humanos desde las diversas esferas de la Malla y no necesariamente tenían conocimiento específico de lo que significa el enfoque de género ("no expertos"). Posteriormente, se realizó un análisis de los contenidos de las entrevistas en un árbol temático con los resultados cuya síntesis se presenta a continuación.

EXPERTOS (AS) VS. NO-EXPERTOS (AS)

En Chile, desde que el país volvió a la democracia en los años 90, se han realizado importantes esfuerzos para democratizar la sociedad, abriendo espacios para la ciudadanía e introduciendo cambios en las relaciones sociales. En este contexto, el tema de género no ha sido introducido sin cierto cuestionamiento tanto por parte de las áreas más conservadoras de la sociedad, que interpreta el enfoque como un intento para desmoronar la institución de la familia y los valores tradicionales, como desde los sectores más progresistas que discuten los enfoques de género vs mujeres, género y feminismo y la nueva discusión en torno a la masculinidad. Mucho se ha avanzado en el área de las mujeres y género a lo largo de la última década, particularmente al poner sobre el tapete el rol de las mujeres en la sociedad. Una de las principales contribuciones fue la creación del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), el cual contribuyó de una manera fundamental a la visualización de la situación de las mujeres en Chile y crear el Plan de Igualdad de Oportunidades a ser incorporado por todas las oficinas de gobierno. También se han desarrollado importantes
trabajos por parte del mundo académico, las ONGs, agencias internacionales y lentamente por parte de varias áreas del estado y los gobiernos locales en particular.
En general, los expertos en género entrevistados tienen una idea muy clara de la diferencia entre enfoques de género y de mujeres, sin embargo, algunos, particularmente desde las oficinas de la mujer, no mencionan trabajar con algún marco teórico específico. Aquellos con una comprensión clara optan por utilizar un marco o estrategia específica, dependiendo del interlocutor con quien se relacionen, por ejemplo, utilizando un enfoque de eficiencia cuando se requiere eficiencia económica o enfoques de equidad cuando se tratan temas más sociales. Cabe resaltar que aquellas personas con puesto de responsabilidad, donde mayor conocimiento o experticia en el tema se esperaría, cuentan con poca claridad sobre el tipo de estrategia o
Aquellos entrevistados denominados "no expertos" trabajan en el área de los asentamientos humanos e incluyen académicos, consultores, profesionales en ONG, oficiales de gobierno, municipales, que se desempeñan en el área de infraestructura, transporte, vivienda, espacio público, organizaciones sociales y medio ambiente, entre otros. En este grupo existe confusión sobre lo que significa el género y la diferencia entre enfoques de género y de mujeres es bastante viscosa. Muchos ven al género como programas para mujeres, otros lo ven como "el toque femenino" en el diseño, otros lo ven como la participación de mujeres en los proyectos o tener discriminaci6n positiva hacia las mujeres y las jefaturas femeninas. Pocos han recibido algún tipo de capacitación al respecto, pero manifiestan interés en recibirlo en algún momento. La mayoría ven que existe necesidad de incorporar a las mujeres al área de los asentamientos humanos en la investigación, movilización social, programas y proyectos, principalmente porque es
visible que en la práctica, son las mujeres las que hacen el trabajo, ahorran o generan los recursos, participan, van a las reuniones, postulan a la vivienda y se organizan entre ellas y a los demás. Sin embargo, este reconocimiento pocas veces se traduce en prácticas concretas, excepto al momento de convocar mujeres a reuniones o para realizar trabajo comunitario. Aparte de esto, se menciona que en esta área, la perspectiva de género no se reconoce como relevante debido a la especificidad técnica de algunos temas, lo que implica que el enfoque resulta más lento y difícil de incorporar.

 

 

OPERACIONALIZACIÓN DEL ENFOQUE DE GÉNERO

Comprender las implicancias del enfoque de género resulta importante almemento de discutir la relevancia de ser incluido en la práctica cotidiana, ya que existen dudas sobre que esto que realmente implica y si es efectivamente necesario. En las instancias que el enfoque de género es claramente comprendido, pocos mencionan que es inútil, sin embargo, al momento de operacionalizarlo, existen dudas respecto a la importancia y la forma como realizarlo. Existe consenso en que hasta aquellos que trabajan con el enfoque Mujeres en Desarrollo (MED) podrían utilizar un enfoque de género. Pese a que en Chile existe un fuerte consenso en el discurso sobre la relevancia del género y la igualdad de oportunidades, esto no ha sido concretamente traducido en políticas, programas o proyectos. El énfasis puesto por el gobiemo actual hace que los entrevistados vean que existe una fuerte voluntad de incorporarlo; sin embargo, poner esto en práctica aún está en proceso.
Se observó que aquellas personas o instituciones que trabajan directamente con el tema de género están aún en la periferia de la corriente principal de desarrollo del país. Las ONG y las instituciones públicas que trabajan con la temática se encuentran al margen de la toma de decisiones principales, las discusiones de la política pública y el presupuesto nacional. Los expertos, mayoritariamente mujeres, en general comparten puntos de vista en cuanto a objetivos, conceptos y discursos, sin embargo, la discusión se mantiene aislada en seminarios, conferencias o publicaciones, entre otros, específicos de mujeres y género. Aunque su inserción a lo largo de los años ha sido importante en las áreas de asentamientos humanos la presión se mantiene marginal. Lo mismo sucede a menudo cuando aquellas personas que trabajan en instituciones que están al frente del desarrollo, intentan incorporar temas de género, son ignorados, rechazados y simplemente marginalizados de las discusiones o la toma de decisiones. Cuando logran entrar en discusiones más amplias, por ejemplo, en cuanto a seguridad ciudadana o transporte, es más difícil incorporar el género de una manera natural, ya que muchas veces los expertos reciben análisis y contenidos procesados y se les solicita que incluyan un capítulo o una sección sobre género.
También existe cierto rechazo por parte de los "no expertos" sobre el lobby excesivo que existe en la actualidad por parte de las agencias internacionales para incorporar esta perspectiva de una manera forzada, considerándola necesaria sólo en algunos casos, según a su punto de vista. Para algunos esta moda puede producir una cierta instrumentalización del enfoque ya que, al final, el objetivo de lograr mayor equidad o mejor pobreza se diluye. Este requerimiento excesivo puede ser considerado un obstáculo para institucionalizar este enfoque (7).
En términos de la operalización del concepto, los procedimientos generalmente parecen difusos, el concepto se dispersa y las prácticas previas permanecen sin modificación la mayor parte del tiempo. Dentro del ciclo de proyectos que los expertos consideran necesario contar con este enfoque se encuentra: diagnósticos desagregados, procesos de consulta, análisis de demanda, términos de referencia, asistencia técnica, monitoreo y evaluaciones, metodologías participativas, o estadísticas e indicadores. Sin embargo, cuando se les solicita otorgar una descripción más precisa respecto a metodologías o experiencias positivas éstas se vuelven poco claras.
Sólo aquellos expertos que a su vez son especialistas en planificación o gestión de políticas públicas, o en análisis estadístico tienen claridad respecto a que no existe una metodología clara y reconocen que esta perspectiva modifica la forma en que las intervenciones se llevan a cabo y el contexto en el que se trabaja, de tal modo que, dependiendo de las necesidades, se implementan distintas metodologías para operacionalizarla lo cual consideran positivo ya que no se mecanizan los procesos. Se estima que la principal razón por la cual existe dificultad para traducir este "nuevo" concepto es que pocas personas conocen y comprenden cabalmente el proceso de planificación chileno a nivel nacional, regional o local, o la forma sectorial en que funciona el sistema. Esto implica que pocas personas poseen herramientas, lenguajes o estrategias para ver las oportunidades de modificar prácticas anticuadas en el proceso de planificación.
Por otro lado, situación similar se sucede con la conceptualización de la pobreza, equidad, calidad de vida, las cuales han sido altamente desarrolladas durante los últimos años, sin embargo, su traducción en políticas efectivas no ha sido considerada adecuada y los modelos tradicionales persisten. De tal modo que, cualquier innovación que pueda provenir del enfoque de género, es probable que se confunda entre la dificultad de traducción a las áreas vigentes del desarrollo.
Se menciona que el apoyo y claridad de metodologías aportado por el Banco Mundial y agencias europeas ha sido positivo para los consultores y algunos profesionales. Existe una plétora de manuales de género, los cuales no apoyan de manera creativa a su operacionalización y se vuelven indicaciones rígidas que no logran incorporar enfoques integrales. Se presenta una necesidad de mirar en profundidad las disciplinas e interdisciplinas que incorporan estos enfoques ya que el género en sí mismo, en un país que funciona de manera sectorial, puede tener dificultad en la institucionalización.
En el ámbito de los asentamientos humanos, una vez que el tema es discutido y explicado, los "no expertos" reconocen las posibilidades que el género puede tener. Al contrario, los "expertos" en género pocas veces logran relacionar, en términos prácticos, temas de calidad de vida en asentamientos humanos, ciudad, vivienda, transporte, espacio público, ciudadanía con género. También se percibe que los hombres "no expertos", más que las mujeres, están más abiertos al tema y fácilmente proponen ideas sobre estrategias a seguir. Esto puede ser visto como una posibilidad positiva al pensar en estrategias de entrada. Adicionalmente, las pocas investigaciones existentes sobre la experiencia de habitar de hombres y mujeres mencionan que aumentar la participación masculina sería importante para la mejora de los asentamientos humanos (8).
Una de las áreas que más beneficio podría tener con la adopción de una perspectiva de género incluyen: demografía, transporte público, gestión de suelo, acceso a la ciudad y localización residencial, segregación urbana, diseño urbano y habitacional, tenencia de suelo y habitacional, mejoramiento habitacional, espacio publico y su uso, infraestructura de salud, seguridad, educacional y recreacional, seguridad ciudadana, participación y la creación de ciudadanía, recreación y el uso de tiempo libre. Adicionalmente, existen temas transversales como el adulto mayor, los jóvenes, los discapacitados, la etnia que requieren de análisis de género. Más aun, existen vínculos distintivos entre equidad, pobreza, calidad de vida y género y en particular entre éstos y los impactos de la globalización en el espacio urbano y las relaciones sociales. También, se estima como posibilidad importante de avanzar en cuanto a herramientas de planificación, planes reguladores, evaluaciones de impacto ambiental, planes de desarrollo local, evaluación de proyectos, evaluaciones ex ante, de proceso, ex post, indicadores, todo lo cual hoy en día se encuentra prácticamente ciego al género. Uno de los aspectos que se menciona a menudo como una forma e incorporar el género es la focalización de hogares con jefatura femenina. Sin embargo, esta medida no es vista como positiva por muchos ya que se estima que en realidad son todas las mujeres se ven afectadas de alguna forma u otra por tener problemas de género, es decir que así como las madres solteras, otros miembros del hogar o de otro tipo de hogares también pueden sufrir de inequidades. Esta es una de las principales formas en que el género se está comprendiendo, particularmente a nivel de gobiernos locales, ya que ven el trabajar con género como trabajar tanto con hombres y como con mujeres, y a nivel local esto resulta importante. La diferencia no es solo conceptual, si no que implica diferencias entre lo que es gestión local con género y gestión local por un lado y género por otro.

OBSTÁCULOS Y FACILITADORES

Al analizar los obstáculos, estos se manifiestan principalmente relacionados a la dimensión cultural. Se estima que la sociedad chilena es aun bastante conservadora y machista, y que el género trae consigo un cierto cambio y cuestionamiento a la forma cómo en la actualidad se relacionan las personas. Pese a que se han experimentado importantes cambios en la sociedad chilena a o largo de la última década, aún existen obstáculos culturales que previenen que el género sea instalado en el común de las intervenciones. Más aún, se estima que aún existe confusión entre un enfoque de género y uno de mujeres, y situaciones generadas con la Conferencia de la Mujer en Beijing, que atrasó la incorporación de género ya que se estigmatizó que los temas allí tratados atentaban contra el desmoronamiento de la familia y las principales valores de la sociedad.
Otro obstáculo percibido es la insuficiencia de recurso humano y su falta de preparación al interior de la esfera publica para incorporar esta temática
Aquellas personas involucrados en cargos directivos con responsabilidades en oficinas de género no cuentan con la capacitación requerida para aportar credibilidad técnica con los pares de las áreas de los asentamientos humanos. Tanto los profesionales de género en el gobierno como los consultores se encuentran más especializados en agendas clásicas como violencia intrafamiliar, estereotipo de roles, liderazgo, control político, pero en cuanto a herramientas de gestión o planificación, metodología o temas relacionados con los asentamientos humanos aún requieren de habilidades y capacitación. Por otro lado, cuando los "no expertos" reciben algún tipo de capacitación, los seguimientos son escasos y generalmente hay una falta de continuidad en cualquiera de las actividades iniciadas. Finalmente, los líderes políticos tienen poco tiempo y espacio para aprender sobre los nuevos
temas que surgen y su forma de hacer política a veces puede ser considerada pasada de moda o reactiva, ya que no está preparados para lidiar con las problemáticas actuales.
Existen también vacíos conceptuales para operacionalizar el enfoque, falta de socialización o sobre simplificación del tema. Una falta de comunicación respecto al genero entre instituciones y dentro de instituciones inhibe su institucionalización. Muchos mencionan que las mujeres avanzan bastante en el tema de género conceptualmente, sin embargo la difusión de los hallazgos solo se tratan en seminarios, reuniones, publicaciones de género, demostrando autosuficiencia y profundidad, pero al tratar llevar ese conocimiento fuera de los círculos de género, se requieren distintos enfoques. Las universidades y académicos parecieran estar sobre intelectualizados, y enfocados hacia temas de literatura, filosofía o cultura, estereotipo o masculinidad incentivando poco la relación con el territorio y los asentamientos humanos.
Mas aún, dado que Chile es visto como un modelo de producción masiva de vivienda, su éxito se traduce en una sobre concentración de análisis cuantitativo y la producción de viviendas y poco sobre aspectos cualitativos al respecto. Esta visión habitacional inhibe la incorporación de enfoques más integrales y holísticos, lo que significa que, aún hoy, se han realizado pocos esfuerzos para efectivamente incorporar el género en la gestión urbano-habitacional.
Dentro de los facilitadores mencionados, los principales se relacionan con el hecho que en el ámbito internacional el tema de género está muy vigente y las agencias internacionales y los bancos que trabajan en Chile, demandan su incorporación. Esto significa que existen recursos para realizar estudios, programas y evaluaciones sobre el tema. Sin embargo, se menciona que esto muchas veces queda a nivel de buenas intenciones ya que éstas no siempre coinciden con las prioridades sectoriales. Otro facilitador es el empuje dado por el gobierno actual de reconocer la diversidad en la sociedad. También existe el hecho que hoy en día existe mujeres en espacios de poder y toma de decisiones en Chile. Un reconocimiento de gran relevancia es la importancia de haber trabajado con el enfoque MED y la evolución que ha tenido. Sin embargo, se insiste que las instituciones no pueden seguir añadiendo "tumores" a los programas, para discapacitados, discapacitados rurales, discapacitados indígenas, por ejemplo, y pareciera
que una oficina no puede ser creada cada vez que surge un nuevo tema, lo que implica la necesidad de contar con visiones transversales e integrales en las políticas públicas hoy.
Otro facilitador se ve como la habilidad de probar, por medio de información empírica, que el género impacta en el desarrollo. Si un gerente de proyecto pudiera ver cómo la incorporación de la perspectiva de género mejoraría el resultado y la efectividad del desarrollo, las probabilidades que el género sea incorporado aumentarían. Finalmente, se menciona que el apoyo de niveles de gestión del niveles altos y la contratación de personas de alto perfil o considerados "campeones de genero" puede servir de manera definitiva como catalizadores positivos para incorporar el género a la agenda actual.
incorporar esta temática. La falta de conocimiento de cómo se lleva a cabo la gestión de los asentamientos humanos por parte de expertos en género y la marginalización de aquellos que trabajan en el área de los asentamientos humanos hace difícil su incorporación.
Cabe mencionar que el género puede ser entendido como el inicio de una manera de hacer cosas de manera muy distintas de la práctica actual, por lo tanto puede generar resistencia al cambio, ya que en el fondo es una propuesta de planificación distinta, aproximándose hacia una planificación cultural. Por un lado, requiere de una presencia mayor de aquellos que participan y son afectados por las intervenciones y por otro, demanda un vínculo mayor entre disciplinas, sectores, actores y escalas ya que las intervenciones en el territorio afectan a las personas diariamente. Finalmente, la riqueza de este enfoque puede ser vista como complementaria a otras variables como etnia, edad, cultura, religión a fin de enriquecer el análisis y el trabajo transversal e intersectorialmente. Sin embargo, esta relación debe ser tomada con precaución ya que a menos que la existencia de inequidad de género sea reconocida y se exprese claramente cómo afecta la calidad de vida de las personas en los asentamientos humanos, el resaltar de manera independiente otras dimensiones pueden opacar esta inequidad.
A partir de este estudio, en cuanto a las institucionalización, se reconoce la integración de la perspectiva de género requiere de cambio institucional, y que éste es más exitoso cuando existen dos elementos. El primero es que la incorporación de la perspectiva de género debe recibir legitimidad y apoyo de las personas en puestos que lo exija o autorice. Segundo debe haber la capacidad institucional y organizacional para llevar a cabo la institucionalización de género. Cuando existen las siguientes trabas: falta de interés para la institucionalización por parte de los niveles superiores de gestión, falta de consenso para institucionalizar o responsabilidad para aplicar políticas de género y capacidad limitada de organización en términos técnicos, es probable que la institucionalización de género sea difícil de lograr.
Pese a todo esto, aún no queda evidenciada las ventajas del enfoque o si efectivamente se producen mejores resultados en las políticas programas y proyectos en el territorio que incluyen o intentan incluir el enfoque. En el área de los asentamientos humanos hace falta comprobar o socializar por medio de seguimientos y evaluaciones los beneficios taídos por el enfoque, los errores cometidos con él y los atrasos que pueden tener una ceguera de género. Pese que esto se ha podido detectar concretamente en otras áreas como las salud, agricultura, violencia, o educación, el sector urbano habitacional requiere de convencimiento por medio de metodologías clara y hacer conocer buenas prácticas que si existen a nivel nacional.

CONCLUSIONES

Se puede concluir que es relevante incorporar el género en la planificación y gestión de los asentamientos humanos. Sin embargo, existen aun confusiones sobre su significado y particularmente sobre cómo exactamente se beneficiarían los proyectos y como esto se debe llevar a cabo. Existen pocas intervenciones sistematizadas (académicas y no-académicas en términos de estudios, políticas, programas, proyectos) que muestren ejemplos de cómo se puede obtener resultados positivos al incorporar esta temática. La falta de conocimiento de cómo se lleva a cabo la gestión de los asentamientos humanos por parte de expertos en género y la marginalización de aquellos que trabajan en el área de los asentamientos humanos hace difícil su incorporación.
Cabe mencionar que el género puede ser entendido como el inicio de una manera de hacer cosas de manera muy distintas de la práctica actual, por lo tanto puede generar resistencia al cambio, ya que en el fondo es una propuesta de planificación distinta, aproximándose hacia una planificación cultural. Por un lado, requiere de una presencia mayor de aquellos que participan y son afectados por las intervenciones y por otro, demanda un vinculo mayor entre disciplinas, sectores, actores y escalas ya que las intervenciones en el territorio afectan a las personas diariamente. Finalmente, la riqueza de este enfoque puede ser vista como complementaria a otras variables como etnia, edad, cultura, religión a fin de enriquecer el análisis y el trabajo transversal e intersectorialmente. Sin embargo, esta relación debe ser tomada con precaución ya que a menos que la existencia de inequidad de género sea reconocida y se exprese claramente cómo afecta la calidad de vida de las personas en los asentameintos humanos, el resaltar de manera independiente otras dimensiones pueden opacar esta inequidad. A partir de este estudio, en cuanto a las institucionalización, se reconoce la integración de la perspectiva de género requiere de cambio institucional, y que éste es más exitoso cuando existen dos elementos. El primero es que la incorporación de la perspectiva de género debe recibir legitimidad y apoyo de las personas en puestos que lo exija o autorice. Segundo debe haber la capacidad institucional y organizacional para llevar a cabo la institucionalización de género. Cuando existen las siguientes trabas: falta de interés para la institucionalización por parte de los niveles superiores de gestión, falta de consenso para institucionalizar o responsabilidad para aplicar políticas de genero y capacidad limitada de organización en términos técnicos, es probable que la institucionalización de género sea difícil de lograr.
Pese a todo esto, aun no queda evidenciada las ventajas del enfoque o si efectivamente se producen mejores resultados en las políticas programas y proyectos en el territorio que incluyen o intentan incluir el enfoque. En el área de los asentamientos humanos hace falta comprobar o socializar por medio de seguimientos y evaluaciones los beneficios tráidos por el enfoque, los errores cometidos con él y los atrasos que pueden tener una ceguera de género. Pese que esto se ha podido detectar concretamente en otras áreas como las salud, agricultura, violencia, o educación, el sector urbano habitacional requiere de convencimiento por medio de metodologías clara y hacer conocer buenas prácticas que si existen a nivel nacional.

NOTAS

2) Financiada por DID N IO17-99/1 "Diagnóstico de la Institucionalización de la Perspectiva de Género en el Estudio del Medio Ambiente Urbano",
3) Rol reproductivo, rol productivo. rol comunitario y rol político.
4) Se reconoce que dentro de las aproximaciones hacia el género existen distintos enfoques (de Bienestar, Mujeres en Desarrollo (MED) con Equidad, MED Antipobreza, MED Eficiencia, Empoderamiento, Género en Desarrollo), así como diversidad de énfasis teóricos y prácticos.
5) Unidad de Género del Develpoment Planning Unit, University College London.
6) Los trece elementos se presentan en la "Malla de Institucionalización" al final de la metodología e incluyen: recursos; políticas representativas; experiencia e interpretación desde los hombres y las mujeres; implementación de programas y proyectos; investigación; metodología; elaboración de teoría y conocimiento; desarrollo técnico y profesional; y procedimiento (Levy, 1996)
7) Para mayor discusión respecto a lo que esto implica ver Razavi, 1997.
8) Para mayor informacion al respecto ver "Calidad de Vida y Género"

BIBLIOGRAFÍA

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