Tras la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984, Chile y Argentina incrementaron sus vínculos políticos y económicos. En el ámbito de la defensa se inició un acercamiento entre las Fuerzas Armadas, favorecido por la llegada al poder de gobiernos democráticos y el impulso de medidas de fomento a la Confianza y la Seguridad. En la actualidad los dos países conforman una fuerza de paz combinada que próximamente se pondrá a disposición de las Naciones Unidas. Esta iniciativa contribuye al esfuerzo sudamericano por enfrentar en forma conjunta los desafíos de seguridad regional y global después del 11 de septiembre del 2001. El liderazgo civil en la defensa cumple una función fundamental para establecer mecanismos de coordinación entre ambos ministerios.